Duda sobre horóscopos for Dummies
Duda sobre horóscopos for Dummies
Blog Article
A lo largo de los años, numerosos estudios científicos han intentado encontrar evidencia empírica que respalde las afirmaciones de la astrología, pero hasta el momento no se ha encontrado ninguna relación significativa entre la posición de los astros y la personalidad o el futuro de las personas.
Hay una diferencia importante entre que algo sea falso y que algo no sea científico. Las teorías astrológicas son falsas precisamente porque hacen afirmaciones científicas sobre el mundo, y esas afirmaciones resultan ser incorrectas.
La concept es aprovechar este conocimiento propio para erradicar creencias antiguas, mejorar nuestra actitud para enfrentar el mundo e incluso para sanar heridas del pasado.
Pero aquí está el meollo: cuando los investigadores ponen a prueba las predicciones que hace la astrología sobre la vida de las personas, esas predicciones resultan no ser más que conjeturas.
[54] Estos científicos atribuyeron la falta de evidencia estadística al sesgo selectivo de parte de Gauquelin, y le acusaron de intentar persuadirlos para añadir o suprimir los nombres de algunos deportistas para sus estudios.[fifty five] Sin embargo, Geoffrey Dean sugirió que tal sesgo selectivo pudo deberse más a las fechas de nacimiento dadas por los padres en lugar de cualquier problema en el estudio de Gauquelin. Su observación fue que es posible que un pequeño subgrupo de padres tuviesen registros de nacimiento modificados para que concordasen con un momento astrológico relacionado con alguna profesión escogida por ellos. La muestra fue tomada en un tiempo en el cual la creencia en la astrología era común. Gauquelin no pudo encontrar el «efecto Marte» en poblaciones más recientes[c], las cuales tienen registros de nacimientos hechos por una enfermera o por un médico. El número de nacimientos en condiciones astrológicas indeseables también fue menor, lo que indica que hay más evidencia de que los padres eligieron la fecha y la hora de registro de nacimiento de acuerdo a sus convicciones.[11]
Sin embargo, la tradición astrológica más importante para Occidente fue la griega, fruto de la conquista de Egipto y del Asia menor por Alejandro Magno en el 322 a.
A su vez, las pseudociencias usan programas en los que “los marcos teóricos se crean a medida para acomodar la evidencia conocida y establecida, pero hay poca o ninguna capacidad de hacer predicciones sorprendentes que luego encuentren apoyo empírico y permitan avanzar en la investigación”.
La asociación mayoritaria de jueces, muy preocupada por el “caos” que se avecina con la nueva ley de Justicia
La astrología no es una ciencia. A lo sumo, puede ser considerada como una pseudociencia: una disciplina que establece here sus propias reglas de juego y que arroja conclusiones inverificables, irreproducibles e infalsables, de modo que escapa a las condiciones mínimas que impone el método científico.
Una nueva pareja habría nacido en el truth Palabra de Honor. Entra a la nota para descubrir quienes serían los tortolitos.
Esta doctrina “evita las situaciones que sirvan para poner genuinamente a prueba sus explicaciones y predicciones” y elude los mecanismos de prueba rigurosos.
La astrología tiene una historia rica y compleja que abarca miles de años y diversas culturas. Sus orígenes se encuentran en Babilonia, donde los sacerdotes estudiaban el movimiento de los cuerpos celestes para predecir eventos terrestres.
La comunidad científica ha cuestionado la validez de la astrología en múltiples ocasiones, reconociéndola como un producto cultural más que como un sistema basado en evidencia y pruebas observables. Este enfoque la convierte en objeto de estudios académicos dentro de la historia y ciencias de la religión.
Durante la Edad de Oro del Islam, la astronomía fue patrocinada para que los parámetros astronómicos, tales como la excentricidad orbital del sol; requeridos para el sistema ptolemaico pudiesen ser calculados con suficiente precisión y exactitud. Aquellos que ostentaban posiciones de poder, como el visir de 1120 del califato fatimí que financió la construcción de observatorios para que las predicciones astrológicas pudiesen ser realizadas, basadas en precisas informaciones de las posiciones planetarias.